Receta Para el Dolor

©Marilú Ickes

 

Me duele la espalda

Tengo dolor de cabeza

Tengo el pecho apretado

Me duele el estómago

 

Hay muchas enfermedades, que en realidad, son síntomas que reflejan nuestras emociones. Dios, siendo el diseñador y maestro por excelencia nos da la receta para curar nuestras dolencias emocionales. El apóstol Pablo nos dio la receta con dos pasos a seguir.

Confiesa y ora.

¡Confesar yo! Yo fui la persona agraviada, ¡que venga ella! o ¡que venga él!

Permíteme recordarte algo. A quien le duele la cabeza, la espalda, el estómago, o el cuello, es a ti.  Ese dolor es producto del malestar que la situación te provoca. Aunque tú no hayas causado la situación, en verdad, estás guardando dolor, angustia, y pesar en tu corazón por lo sucedido. Confiésalo. No lo guardes pues el enemigo de tu alma va a utilizar ese sentimiento para destruir tu espíritu, para acosarte y para acusarte.

El salmista David dijo confesaré mis transgresiones y tu [Jehová] perdonaste la maldad de mi pecado. Mantener rencor en tu corazón en contra del que agravia, es un lujo que no nos podemos dar. Jesús dijo (Mateo 5) “que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio”. Jesús añadió “anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven”. Para pasar a la segunda parte de la receta dada por Pablo primero tienes que confesar, luego orar. De otro modo tu oración va a tener estorbo.

Ora por aquellos que “no te caen muy bien” o por los que te tratan rudamente. El apóstol Santiago decía, ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. Añadía Santiago que la oración de fe salvará al enfermo y el Señor lo levantará. Finalmente, Santiago exhortó a que confesemos nuestras ofensas unos a otros. Esto no se refiere a murmurar. Esto habla de demostrar arrepentimiento. Lamentarse genuinamente por lo sucedido y finalmente orar unos por otros. Dijo Santiago, la oración eficaz del justo puede mucho.

 

Créditos:

  1. Fondo musical de Alexis Ortega, Dios ha sido bueno, de la producción “Un Destello de tu Gloria”
  2. Foto de Pixabay.com, autorización no es requerida.